Comienza el Festival Internacional de Cuentacuentos

Narradores argentinos y numerosos invitados extranjeros participarán de este encuentro que empezará este miércoles a las 18.30 con entrada libre y gratuita en la Biblioteca del Congreso. Por primera vez, además, llegará a la Villa 31 de Retiro.

Por Silvina Friera

Fuente: Página 12

“Qué buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos –celebra Pablo Neruda–. Se lo llevaron todo y nos dejaron las palabras”. El 17° Festival Internacional de Cuentacuentos “Palabra Mía”, que empezará este miércoles a las 18.30 con entrada libre y gratuita en la Biblioteca del Congreso (Alsina 1835), con los narradores Elvia Pérez Nápoles (Cuba), Nicole Castillo (Chile), Andrés Montero (Chile), Florina Piña (México), Hena Carolina Velázquez Vargas (México), Hanna Cuenca (Colombia), Marcos Córdoba Vega (Venezuela), y Liliam Rodríguez (Colombia), entre otros, llega por primera vez a la Villa 31 de Retiro, “lugar donde más se necesita que escuchen que hay sapos que se transforman en príncipes y chicas pordioseras que pueden llegar a ser princesas”, dice Claudio Ledesma, narrador oral y director del festival.

En esta edición de “Palabra Mía” –que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Teatro, el Municipio de Lomas de Zamora y San Fernando, y la Dirección General del Libro y Bibliotecas del gobierno de la Ciudad– participarán varios cuentacuentos argentinos como Cristina Villanueva, Liliana Bonel, Betty Ferkel, Marta Millicay, Rosana García, Lili Bassi, Raúl Cuevas, Roxana Del Castillo y Ricardo Carreras, entre otros.

–En tiempos en que se puso de moda la palabra posverdad, ¿qué importancia tiene sostener “Palabra Mía”?

–Sostener un Festival Internacional de Cuentacuentos es un acto de resistencia y rebeldía para que no nos quiten la alegría, al menos. Perdimos mucho más que derechos en estos años, perdimos la capacidad de acción y de ser felices. Somos golpeados por todos lados: los presupuestos de las universidades, lo sucedido con los docentes en la provincia, la ley de la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, la inflación, la suba desmedida de los precios… La lista es larga lamentablemente. No nos dan tiempo a reaccionar, sufrimos golpe tras golpe. En tiempos dónde se manipula la información, junto con la palabra posverdad, tuvimos que aprender la palabra trolls también, que en definitiva son los que instalan los focos de distracción. “Palabra Mía”, la palabra de cada uno, parece lo único confiable, porque todavía hay personas que luchan todos los días e intentan resistir.

–En momentos tan críticos, ¿qué sucede con la narración oral, con la palabra dicha en escena para una comunidad?

–El objetivo de la narración oral, además de ser estético y artístico, es entretener. Pero en estos tiempos que corren es mucho más que entretener, tanto para el narrador oral como para el público. Para el narrador oral es poder decir –con la excusa del cuento– lo que necesita comunicar, exorcizar, poner en palabras cosas no dichas. Porque si no hablo me muero, si no hablo exploto. Y se piensa porque se habla y hablar es el modo principal de autoafirmación. Oscar Guida, comprometido artista que narra el cuento “El que no salta es un holandés” de Mabel Pagano, en su adaptación termina refiriéndose a Milagro Salas y a Santiago Maldonado. Para el público es poder juntarse con el otro, no sentirse tan solo. Poder hacer catarsis en espacios que parecen perdidos o desaparecidos. Esto lo vemos muy patente, en el espectáculo Evita Vuelve a cargo de Roxana Del Castillo. Al final del espectáculo Evita está muriendo y dice: “Tengo que dejarles un mensaje: que me cuiden a Perón y que estén unidos, más unidos que nunca, porque se vienen tiempos terribles… Ahora voy a dormir, estoy muy cansada”. Al cuerpo de Eva se le apaga la luz y ella cae en un sueño, y en otro, y en otro. Pesadilla que nosotros vivimos. Así desde la escena, desde la palabra dicha, se van creando nuevos imaginarios y paradigmas.

–¿Por qué las personas se reúnen en torno de un cuentacuentos o a una narradora oral? ¿Por qué hay necesidad de escuchar cuentos?

–Cuando la realidad nos supera, es necesario creer en la magia de la ficción y de la fantasía. El hombre es un ser narrativo. Si tiene varios hilos sueltos, los enlaza para construir una historia. Esto sucede por la necesidad de encontrar un sentido. Los cuentos son indispensables para los humanos en la búsqueda profunda de identidad. Son necesarios porque nos permiten identificarnos con situaciones y sentimientos comunes a todos los hombres y mujeres. También tejen redes de pertenencia con un pueblo, una patria, una historia compartida. Permiten elaborar las emociones: el amor, el odio, los celos, la rivalidad y el desamparo. Los temas de los que habla la literatura son pocos, lo que es múltiple es la forma de contarlos. Hay necesidad de escuchar cuentos como un intento de recuperación y reparación de uno mismo; es poder desentrañar misterios de otras vidas para comprender nuestra propia existencia.

–¿Qué rol tiene la imaginación? ¿Cómo imaginar un futuro cuando el día a día no da respiro?

–Dice Paul Éluard: “En nuestras manos, que son las más numerosas, se encuentra el poder de aplastar a la muerte idiota, abolir los misterios y construir la razón de nacer y vivir felices”. Ocurre que mi idea de felicidad estuvo en mi infancia –y está todavía– absolutamente ligada a la lectura, a los libros y al desarrollo de la imaginación a través de la narración oral. Pero qué poca felicidad se respira en Argentina. Cuánta desesperanza. Parece que la felicidad es cosa de ricos y los ricos son pocos. Y que para los pobres –y los pobres son muchos– la felicidad es un lujo. O un pecado. O algo del más allá.

* Toda la programación se puede encontrar en el Grupo de Facebook “Festival Internacional de Cuentacuentos, Palabra Mía”.