¿Por qué una nueva Ley de Medios puede impulsar una Radio más creativa?

20091122208ley3
La nueva ley de medios audiovisuales aprobada por el parlamento en Argentina es un paso adelante en materia de legislación democrática. Pero… ¿Cómo se trasladará ese avance a las programaciones? Distintos referentes e impulsores de este cambio responden la gran pregunta.

 

 

ERNESTO LAMAS
Docente de la carrera de Comunicación en la UBA. Miembro directivo de Radio La Tribu. Director para América Latina del Programa de Gestión de Radios Comunitarias de AMARC

-El nuevo marco significa el reconocimiento de los ciudadanos y ciudadanas como sujetos de derecho y protagonistas de posibles nuevas navegaciones del sentido, la historia y la narratividad no referenciadas con las ingenierías del fin de lucro. Por lo tanto se abre la oportunidad de intervenir en la producción de conocimientos libres, que arrimen nuevas y otras concepciones acerca de la organización de la vida cotidiana, que sean portadoras de historias locales, de entusiasmos en la creación de ficción, en la contemplación de otras propuestas musicales, artísticas, temáticas, favorecidas por la letra jurídica en el incentivo del desarrollo de la producción nacional e, incluso, la gestionada de modo independiente.
La nueva ley puede impulsar una radio más creativa porque surgirán nuevos emisores que entiendan el acceso comunicacional como instancia pública para narrar procesos colectivos, identidades y memoria ciudadana. Si los nuevos emisores recuperan la oralidad como portadora de imaginarios culturales, de prácticas de redescubrimiento de la curiosidad, el asombro, las historias a contar y la capacidad de autonomía que brinda la imaginación y las potencialidades del dispositivo radiofónico.
Cada nuevo emisor es un ataque a la concentración de medios.

GUSTAVO LÓPEZ
Abogado y periodista. Ex secretario de cultura de la ciudad de Buenos Aires. Ex interventor del COMFER y actual subsecretario general de la Presidencia. 

– Creo que la nueva ley, al cambiar las condiciones generales, crea un marco de esperanza y expectativas que necesariamente va a impactar sobre la creatividad.

Por un lado, al establecerse cuotas de producción propia y de producción local, las radios (también los canales) tienen obligación de producir mayor cantidad de contenidos propios. Eso ha generado expectativa en periodistas y productores que ya están pensando en nuevas propuestas para presentar.

Por otro lado, al haber sido tan importante la participación del sector social en la sanción de la ley y al tener previstas cuotas de reserva de espectro, hace que se trabaje con mayor entusiasmo.

En ese sentido, las radios comunitarias y las pequeñas, ya sean cooperativas, comerciales, etc. van a trabajar en ser verdaderas alternativas periodísticas y culturales frente a la agresión tan fuerte que se despertó, lamentablemente, por la sanción de esta ley. Se ha generado una especie de “obligación moral” de generar cambios éticos y estéticos frente a la coyuntura adversa.

LUCIANO DEBANNE
Miembro del Colectivo de Radio Revés (radio de la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba). Miembro del área de capacitación de AMARC – Argentina.

– Uno está tentado de responder que la ley no impulsa una radio más creativa, que poco tienen que ver las legislaciones nacionales con la creatividad, que más bien la creatividad nace y se desarrolla más fecundamente allí donde lo instituido se desdibuja.

Quizás lo que debemos esperar de una buena ley es (tan sólo y nada menos) que genere las condiciones, las bases, los acuerdos comunes, para que nuestra vida cotidiana sea mejor. Que asegure formalmente la presencia de nuevas voces, de nuevas identidades, de nuevas miradas sobre el mundo en toda su amplitud (aporte no menor en el páramo de producciones comerciales, de top ten musicales, de titulares estándar de noticias, de formatos enlatados y ofrecidos en las góndolas del dial como fast food artísticos, en el que hoy viven nuestros oídos). Que multiplique las fuentes de trabajo para los trabajadores de las radios al limitar las retrasmisiones desde las gigantescas metrópolis y que, al hacerlo, multiplique las voces públicas, sumando sentires locales, estéticas propias al ropero de recursos culturales con los que se abriga cada comunidad. Que reparta el capital económico y cultural que se pone en juego en los medios de comunicación, espacios centrales de la producción simbólica de nuestras sociedades, entre más personas. Que nos enfrente al magnífico desafío de superar nuestras limitaciones actuales, nuestras propias inmovilidades y perezas para permitirnos enamorar a los oyentes con nuevas propuestas. Que nos haga responsables de salir a seducir con la calidad y legitimidad que hasta ahora sólo le era legalmente reconocida a los grandes medios de comunicación comerciales.

Es mucho, sin duda, pero los cimientos ya están. Es hora de iniciar una gigantesca minka cultural en los medios.

LUIS LÁZZARO
Periodista. Coordinador General del Comité Federal de Radiodifusión. 

– Porque estimula el desarrollo de la producción propia y de contenidos independientes, procurando revertir el proceso de encadenamiento de radios que se viene produciendo desde hace una década. Cada vez más radios locales han cedido su aire a la señal de emisoras de Buenos Aires, produciendo un fenómeno de uniformidad en los mensajes y contenidos generados desde un par de productoras en Buenos Aires.

Recuperar el aire local para las voces locales es recuperar el patrimonio informativo y cultural de la región. La función de la programación vuelve a ser relevante porque las emisoras dejarán de funcionar como repetidoras y tendrán que repensarse como emisoras. Esto es lo que más puede contribuir al desarrollo creativo de nuevos contenidos.

MABEL LOISI
Presidente del Consejo Profesional de Radio de Argentores (Sociedad Argentina de Autores)

– La diversidad cultural exige el desarrollo de la identidad cultural. La Nueva Ley de Servicios Audiovisuales y su reglamentación procurarán la implementación de la ficción en Radio, que, según el Dr. Carlos Villalba, creador de los artículos ya insertos en la Ley, esa ficción construye el arquetipo de nuestra sociedad.

La perdida ficción en Radio se recuperará, acudiendo a la frondosa imaginación de los Autores, que ahora tendrán un incentivo a través del pedido de Argentores: del 70% de producción nacional, solicitamos un excelente % de ficción, dividido en regiones participativas. La televisión nacional también se enriquecerá con la inclusión de ficción “argentina”.

RICARDO HAYE
Doctor en Comunicación Audiovisual, Docente de la Universidad del Comahue y autor de diversos libros sobre Radio Arte. 

– La nueva ley vino a cancelar una deuda vergonzosa de nuestra vida en democracia y es un instrumento superador de la anacrónica y totalitaria normativa legal previa.

Pero no necesariamente va a determinar que tengamos una radio más creativa. Reclamárselo casi nos abismaría en la cantinela de sus detractores que, con paranoia o con simple mala intención, le atribuyen controles de contenidos y regimentación estilística.

A lo sumo, la nueva ley pondrá en circulación los discursos de nuevos actores y tal vez esa diversificación cuantitativa propicie también un enriquecimiento cualitativo.

La discusión acerca de cómo acceder a una comunicación más original, capaz de suscitar deleite perceptual y de nutrir el capital simbólico y la conciencia crítica de las audiencias, debe situarse en torno a qué políticas de Estado nos daremos en esa materia.

Me gustaría pensar que la Ley 26522 es el primer paso en el camino hacia ese debate necesario.

SANTIAGO GARCÍA
Miembro de Radialistas apasionadas y apasionados (Ecuador) 

– Mientras en Ecuador se debate una ley de Comunicación, que en nada reflejará los avances en esta materia conseguidos en la Constitución, miramos con envidia la nueva Ley Argentina.

– Una ley colectiva, con aportes de la sociedad civil que, precisamente, la impulso y obligó al Legislativo a aprobarla. Un proceso democrático donde la ciudadanía y los colectivos se unieron y exigieron sus derechos, echando abajo una ley anticuada que recordaba tiempos pasados y malditos para la Argentina.

La nueva Ley es un texto moderno, actual, sujeto a las normativas internacionales sobre la libertad de expresión y, sobre todo, que persigue democratizar el acceso al espectro radioeléctrico. Un espectro donde los grandes grupos mediáticos y empresariales han acaparado la mayor parte de frecuencias. Estos monopolios nos quisieron hacer creer que el ejercicio de nuestro derecho universal a la libertad de expresión es poder elegir entre la oferta mediática existente, por cierto, de muy baja calidad. Este ejercicio se reduce, según ellos, a cambiar de canal con el control remoto o el dial de la emisora. Pero se equivocan.

Todas y todos sabemos, y la actual ley argentina lo garantiza, que la posibilidad de ejercer esas libertades pasa, principalmente, por tener medios propios a través de los cuales informar y opinar. Medios ciudadanos, comunitarios, alternativos y contrahegemónicos que liberen nuestros pueblos.

En la medida que el espectro se redistribuya democráticamente y más gente pueda tener acceso, habrá más voces, más ideas, más creatividad. La radio será un arco iris de pensamientos. En definitiva, una radio diversa y plural.